Descubre el precio actualizado en 2025 de cuanto vale reformar un baño completo y los factores que influyen en el presupuesto final.
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A la hora de reformar el baño, una de las decisiones más importantes es elegir entre una bañera o un plato de ducha. Hace unos años, parecía impensable imaginar un baño sin bañera, ya que simbolizaba confort y elegancia. Sin embargo, los estilos de vida han cambiado, y hoy en día buscamos funcionalidad.
Antes de tomar esta decisión, es fundamental tener en cuenta algunos factores clave: el uso que se le va a dar, el espacio disponible, el presupuesto y, sobre todo, el estilo de vida de quienes lo van a utilizar. No hay una respuesta universal, ya que cada opción tiene sus ventajas e inconvenientes.
En este blog te explicaré todo lo que necesitas saber antes de dar el paso. Desde los pros y contras de cada opción hasta los factores que influyen en el coste. Al igual que ocurre con la instalación de sanitarios en general, hay ciertos aspectos clave que conviene conocer antes de empezar la reforma.
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Sí, es cierto que las bañeras están perdiendo popularidad, especialmente en 2025. Hoy en día, los hábitos de vida han cambiado y la mayoría de las personas priorizan la funcionalidad y la rapidez. Esto hace que el plato de ducha sea la opción preferida en muchos hogares, especialmente en ciudades donde los pisos suelen ser más pequeños y el tiempo escasea.
Las duchas no solo aportan modernidad al espacio, sino que también ofrecen un uso mucho más eficiente del agua, lo cual es clave en un contexto donde el ahorro energético y la sostenibilidad están en auge. Además, las duchas permiten una accesibilidad mucho mayor, lo que es fundamental para personas mayores o con movilidad reducida.
Aunque las bañeras siguen teniendo su encanto, especialmente en baños amplios o en viviendas donde el relax y el confort son prioridad, la realidad es que el ritmo de vida actual hace que la practicidad de la ducha gane terreno. Incluso en viviendas de nivel alto, donde la estética sigue siendo un factor clave.
Elegir una ducha es la mejor opción cuando buscas practicidad, rapidez y eficiencia en tu rutina diaria. Si eres de los que vive contrarreloj y el tiempo es un recurso escaso, una ducha te permitirá asearte de forma rápida y efectiva, sin necesidad de esperar a llenar una bañera. Además, si tienes un baño pequeño, el plato de ducha es ideal porque optimiza el espacio.
Otra situación en la que una ducha es la elección acertada es cuando en casa viven personas mayores o con movilidad reducida. El acceso es mucho más seguro y sencillo en comparación con una bañera, reduciendo el riesgo de caídas o accidentes.
En términos de ahorro, también sale ganando. Una ducha rápida consume mucha menos agua que llenar una bañera, lo que no solo reduce la factura, sino que también contribuye al cuidado del medio ambiente. Por todas estas razones, optar por una ducha es una decisión inteligente si valoras la comodidad.
Optar por una bañera es la mejor elección cuando el relax y el confort son tus prioridades. Si disfrutas de esos momentos de desconexión al final del día, sumergido en agua caliente, con sales de baño y espuma, entonces no hay duda: la bañera es para ti. Nada iguala la sensación de tomar un baño largo y relajante después de una jornada agotadora o de hacer ejercicio intense.
Otra razón de peso para elegir una bañera es si en casa hay niños pequeños. A nivel práctico, es mucho más cómodo bañar a los peques en una bañera que en una ducha, ya que puedes llenar el agua a la altura adecuada y tenerlos bajo control en todo momento. Además, muchos padres valoran la seguridad que ofrece al poder estar cómodamente sentados mientras lavan a sus hijos.
Por último, si el estilo de tu baño es clásico o buscas un toque de elegancia y distinción, una bañera aporta un aire sofisticado que ninguna ducha puede igualar. Ya sea una bañera exenta de cuatro patas o una empotrada de líneas sencillas, su presencia añade valor estético al baño y, en muchos casos, a la vivienda en general.
Los platos de ducha antibacterianos son más fáciles de limpiar.
En términos de mantenimiento, el plato de ducha suele ser la opción más práctica y sencilla. Su superficie plana y lisa facilita la limpieza diaria y evita la acumulación de suciedad en rincones o esquinas.
Además, los materiales modernos, como el acrílico o la resina, cuentan con tratamientos antibacterianos que reducen la proliferación de moho y hongos, algo común en baños húmedos.
Por otro lado, las bañeras requieren más esfuerzo para mantenerlas en óptimas condiciones. Su tamaño y profundidad hacen que la limpieza sea más exhaustiva.
Si deseas una bañera por otra bañera, el coste suele ser más económico. Esto se debe a que las instalaciones de agua y desagüe permanecen en el mismo lugar, sin necesidad de modificar tuberías o conexiones. El precio ronda los 1.100€ sin IVA.
Por otro lado, cambiar una bañera por un plato de ducha implica realizar ajustes en las instalaciones de agua fría, caliente y desagüe. Además, es necesario embaldosar la zona desde el suelo hasta el techo para garantizar un acabado uniforme. El precio suele rondar los 1.350€ sin IVA.
Si estás pensando en reformar el baño para vender o alquilar tu vivienda, elegir entre bañera o ducha puede marcar la diferencia. Dependerá del tipo de inmueble, el perfil del futuro inquilino y el impacto que buscas generar. Aquí te muestro cuándo conviene más una opción u otra.
Optar por una ducha es lo más recomendable, ya que maximiza el espacio y hace que el baño parezca más amplio y funcional. Además, la accesibilidad es clave en espacios pequeños.
La ducha es la opción ideal. Los jóvenes prefieren rapidez y practicidad en el uso diario. Además, el bajo consumo de agua es un plus, ya que ayuda a mantener los gastos bajo control.
Lo más equilibrado es optar por una combinación de ambos: una ducha en uno de los baños para el uso diario y una bañera en el otro para momentos de relax o para familias con niños.
Las bañeras suelen dar un toque de lujo y distinción. Las viviendas de alta gama buscan ese punto estético, y una bañera de diseño puede ser un gran atractivo visual.
Una ducha moderna puede aumentar el valor de la vivienda. En cambio, una bañera puede ser un plus en pisos de alto standing o si el baño principal ya cuenta con una ducha.
Si en la vivienda habitan personas mayores o con movilidad reducida, la ducha es la opción más segura. Un plato de ducha a ras de suelo evita caídas y facilita el uso diario.
«Una buena planificación es clave para evitar sobrecostes y sorpresas durante la reforma. Muchas veces, los imprevistos surgen porque no se han evaluado bien las instalaciones o porque se toman decisiones sobre la marcha sin consultar con un profesional.
Si estás pensando en reformar tu baño, te recomiendo leer este otro blog donde comparto consejos esenciales antes de empezar la obra. Con la información correcta, podrás evitar los errores más comunes.»
Experto en Reformas de Baños
¿Merecen la pena las combinaciones de bañera y ducha?
Las combinaciones de bañera y ducha pueden ser una excelente opción para quienes desean lo mejor de ambos mundos: la comodidad de una ducha rápida y la posibilidad de un baño relajante cuando lo necesiten. Este tipo de soluciones son ideales para familias con niños pequeños o para quienes valoran tener ambas opciones en un solo espacio.
Sin embargo, hay que considerar que no siempre son prácticas, especialmente en baños pequeños, donde una instalación así puede ocupar demasiado espacio y restar movilidad. Además, pueden requerir más mantenimiento, ya que la zona de la ducha dentro de la bañera suele acumular más humedad y suciedad.
Si ya te has decidido por una reforma y quieres saber más sobre los costes actuales, te recomiendo leer nuestro blog sobre cuánto vale reformar un baño en 2025, donde explicamos en detalle los factores que influyen en el presupuesto.
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